Gran Première: viernes 23 de septiembre 2011
Hora: 1.30 p.m.
Lugar: Auditorio 12 "Fernado Gordillo"
Presenta:Grupo de Teatro de Docentes SIPDES-ATD, UNAN-Managua
Evento: Jornada por la Identidad Nacional y la Interculturalidad, FEPDES ATD
Directora artística: Mayra Bonilla
Doña Suché Malintzin y su séquito |
En el año 2005, La UNESCO declaró "La Obra Teatral El Güegüence" Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Lo invitamos a conocer la obra en este sitio.
Introducción
El Güegüense es una obra de teatro callejera bien conocida a través de toda Nicaragua que se presenta cada año del 17 al 27 de Enero durante las fiestas patronales de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, departamento de Carazo. La obra de El Güegüense es una síntesis de la fusión de las culturas españolas e indígenas que combinan el teatro, la danza y la música, siendo considerada una de las expresiones folclórica y literaria más distintivas de la era colonial en América Latina.
La obra es oral e inmaterial y ha sido conservada fielmente por el pueblo. Los textos de la obra han sido compuestos de la tradición oral, probablemente a partir del siglo XVII. La obra abarca 314 parlamentos en español y náhuatl y por ser folclórica es anónima. Cuatro manuscritos "originales" de la obra han sido peripuestos de la tradición folclórica: El primero lo obtuvo el americanista alemán Karl Herman Berendt (1817-1878), quien fundió dos "originales" que tenía el Doctor Juan Eligio de la Rocha, el primer gramático e indigenista de Nicaragua. El segundo lo consiguió el americanista alemán Walter Lehman, quien copió un "original" alrededor de 1908, propiedad del nicaragüense Ramón Zuñiga. El tercero el Doctor Álvarez Lejarza (1884-1969), hacia los años treinta del siglo XX. Y el cuarto con 315 parlamentos, conservado por el Diriambino Don José López Romero, actual padrino de la Obra. El norteamericano Daniel G. Brinton fue el primero en editar los parlamentos obtenidos por Berendt, en el año 1883, en Filadelfia, Estados Unidos.
Las historias de la obra giran alrededor de encuentros entre El Güegüense (cuyo nombre se deriva del término Nahuatl güegüe, que es una persona anciana de gran influencia), sus dos hijos y las autoridades coloniales representadas por el Gobernador Tastuanes y el Alguacil. El Güegüense es traído ante el Gobernador por el Alguacil Mayor por entrar sin permiso a su provincia, pero la jactancia y las promesas del astuto Güegüense lo ayudan a escapar del castigo y en cambio logra efectuar un casamiento de su hijo mayor con la hija del gobernador. El interés de la obra no esta en el complot, que es trivial, pero si en el juego inteligente de maniobras verbales, y en el humor, a menudo altamente satírico.
La obra es presentada por ocho caracteres principales apoyados por los bailarines. Los violines, las guitarras y los tambores proporcionan el acompañamiento musical. Los trajes, las máscaras de madera, los sombreros y otras cualidades distinguen los varios caracteres. Por ejemplo, El Güegüense lleva un azote mientras que el Macho Ratón es representado por un personaje de cabeza de caballo derivado de la tradición popular indígena.
De diferentes maneras ha sido clasificada esta obra de teatro: comedia bailante (Daniel G. Brinton), drama épico indígena (Dr. Alejandro Dávila Bolaños), farsa cómica bailable (Alberto Ordóñez), bailete dialogado (Jorge Eduardo Arellano); también ha sido objeto de diversas calificaciones: piedra angular de la tradición dramática [...] de la América Colonial (Franco Cerutti), ejemplo curioso de la tradición de un teatro indo hispánico popular [...] verdadera comedia burlada (G. Díaz Plaja), primer grito escénico del mestizaje (Alberto Ordóñez). Salomón de la Selva dice de El Güegüense: "Obra Teatral de valor literario indiscutible, supera a cuanto conocemos de la comedia griega anterior a Aristófanes. Tiene escenas de purísimo lirismo. Tiene pasajes de lenguaje tan amplio que el propio Aristófanes no le sobrepasa".
El poeta cubano José Martí, en 1884, la califica como comedia maestra después de la conquista, escrita en un dialecto burdo mezcla de castellano bajo y náhuatl corrompido, algunos años después, el maestro universal y nicaragüense Rubén Darío considera que El Güegüense es una obra de simplicidad primitiva donde alternan los diálogos dentro de un marco monótono y pintoresco.
El Güegüense es espejo de la identidad del Nicaragüense
En la obra de El Güegüense sin duda se encuentran una serie de características del modo de ser del Nicaragüense: la hipérbole para contar las cosas o los hechos que le sucedieron o le suceden en la vida cotidiana, lo astuto para lograr "buenas" oportunidades a las situaciones, el burlarse de su propia tragedia, la comicidad, el humor eufemístico, el aire de fachento, la capacidad para comunicarse con el otro y el uso "inteligente" de las palabras, la suspicacia ante los demás, pero a la vez la candidez con las cosas que se le promete, en fin una serie de cualidades de la personalidad propia del nicaragüense que es reconocible en cualquier parte del mundo.
Fuente: http://www.diriamba.info/elgueguense.htm
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